viernes, 1 de abril de 2016

El pulmón de Colombia

De los pocos paraísos que quedan en el planeta, el Amazonas es tan extenso que está presente en varios países, comprendiendo la zona limítrofe entre Perú, Brasil y Colombia.

Viajar a la selva amazónica es internarse en la mayor reserva ecológica del planeta, con una abundancia inimaginable de especies vegetales y animales. 
La región de alta lluvia, es considerada el ‘pulmón del mundo’ y está marcada por el paso del río Amazonas, el más caudaloso de todos, y sus numerosos tributarios, que en su recorrido van formando centenares de islas.
Estar en el Amazonas es convivir con la naturaleza. Tener la oportunidad de conocer un río que parece un mar, adentrarse por las quebradas y escuchar el sonido de la selva, de observar la Victoria Regia, el loto más grande del mundo y admirar los famosos delfines rosados que acompañan las embarcaciones fluviales. En fin, visitar la amazonia colombiana es dejarse atraer por un mundo que, sin conocerlo, resulta muy difícil de imaginar.

La Victoria Regía, loto más grande del mundo cuyas hojas soportan el peso de un bebé o los delfines rosados, que asombran tanto por su color como por su inteligencia, son parte del embrujo que encierra la región. 
En el país, el Amazonas hace parte de una de las regiones naturales en que se divide el territorio, ocupando un área de 403.000 kilómetros cuadrados, equivalente al 35% comprendiendo los departamentos del Amazonas, Caquetá, Putumayo, Guainía, Putumayo y Vaupés. 

La ampliación del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, representa la oportunidad de aislarlo de actividades que atentan contra el medio ambiente como la minería ilegal o los cultivos ilícitos.
Pero también en la de convertirse en el ‘pulmón’ verde más importante del país, pues Chiribiquete pasará de tener 1,2 millones de hectáreas a 3 millones.
Así, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia ganará 1,8 millones de hectáreas de selva amazónica y el país tendrá el área protegida más grande de la Amazonia.
Además, la ampliación de esta reserva garantizará la protección de su diversidad y de la población nativa de cinco grupos indígenas que ahí habitan.
Ahora Colombia tendrá una gran zona de la Amazonia que deberá cuidar y conservar como el patrimonio más valioso para las futuras generaciones.
En este lugar se pueden escalar árboles de 35 metros de altura y deslizarse de un árbol a otro en un recorrido de más de ochenta metros, y luego partir en una travesía fluvial hasta lugares inimaginados y prohibidos para quien no domina la selva. En el muelle turístico de Leticia se encuentra la línea imaginaria que divide al trapecio amazónico en tres países: Colombia, Brasil y Perú. Allí es posible pactar viajes hacia lugares encantadores.
En un barco de unos veinte metros de largo, con motor a popa y barandas a los costados, se cruza el río hasta Benjamín Constant, en Brasil, desde donde zarpan otros barcos hacia la ciudad de Manaos. Durante la escala hay que internarse en las calles para llegar hasta las tiendas de inmigrantes árabes donde se pueden comprar artesanías, y visitar el Museo Etnográfico.


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